martes, 18 de noviembre de 2014

David, Leucemia Linfática Crónica mejorando sin tratamiento

Hoy quiero, con lágrimas de emoción, compartir con vosotros un testimonio precioso y esperanzador. 

Hasta ahora no me atrevía a compartir los mails o historias que me hacéis llegar porque podría parecer que estoy haciendo publicidad de mi trabajo o de mi libro o por miedo a que me criticasen por dar esperanzas a los enfermos con cáncer (cuando lo que hacen algunos colegas es dar falsa no esperanza al dar sentencias de muerte al decirle a alguien te quedan 3 meses de vida).
Ahora veo que estos testimonios pueden ser una inyección de luz, de positividad y  energía.

David, Leucemia Linfática Crónica, padre de 2 niños....

Acaba de cumplirse un año desde que  descubrí una reseña sobre tu primer libro, y sentí que ese descubrimiento no era una casualidad, que debía seguir ese nuevo camino. Un año después quisiera contarte mi historia, por si sirve de inspiración a quien esté necesitado de ella.

Antes quisiera aprovechar para agradecerte lo que estás haciendo por tanta gente con tu trabajo. Cada vez que tu libro cae en nuevas manos, un impulso de expansión hace que quien lo lee hable de él, lo regale, etc. Todos tenemos, por desgracia, muchos casos de enfermedad que nos rodean, no solo de cáncer; y uno siente la necesidad de no callarse algo que sabe que es tan importante como la relación entre alimentación y salud. Quizá ya te lo habrán comentado, pero cuando uno comienza a leer tu libro entabla una relación de proximidad contigo,  una casi amistad, y siente que estás detrás de cada una de nuestras historias. 

¡Gracias!


David haciendo lo que más le gusta.. tocar y cantar

En julio de 2012 mi mujer y yo estábamos en estado de “shock”. Acabábamos de hacer un test de embarazo y descubrir que el segundo bebé estaba en camino. Nuestro hijo mayor tenía 14 meses y estábamos contentos y asustados a partes iguales. Tres días después mi cuñada recogió en mi nombre los resultados de unas pruebas que me había hecho, porque tenía los linfocitos altos, desde que en otoño tuviera una Mononucleosis infecciosa. No entendía nada de lo que decía el informe. Lo escaneó y me lo envió por email. Leí LLC. Me encerré en el baño, busqué en Internet y descubrí que LLC significaba Leucemia Linfática Crónica. Leí varias páginas sobre la enfermedad y los pronósticos. Asumí en ese momento que me iba a morir más o menos pronto y que lucharía, sin embargo, por mantener la calidad de vida el mayor tiempo posible, por mí y por mi familia.  Me di una ducha y después de vestirme llamé a mi mujer: “No te asustes, pero es malo”.

El primer año lo pasé sin hacer absolutamente nada al respecto: revisiones cada 2 o tres meses y tablas de Excel para calcular la curva de progresión y duplicidad del número de linfocitos. Me centré en la espera de mi nueva hija y el cuidado del mayor. De pronto, un día mi mujer despertó de ese estado de latencia en el que nos encontrábamos con respecto a la enfermedad y me dijo “Ya está bien, tenemos que hacer algo. No podemos seguir simplemente esperando”. En el marco de este nuevo “despertar” es donde encontré una reseña de “Mis Recetas Anticáncer” en un diario en Internet. Sentí de pronto que ese libro iba a ser clave en mi nueva etapa. Comencé a aplicar poco a poco lo que había aprendido en el libro y seguí tomando las decisiones correctas: me acogí a la reducción de jornada por cuidado de hijos menores, comencé a trabajar los aspectos emocionales, a aprender a relajarme, a aprender a disfrutar del aquí y ahora. 
Hoy, una año después de ese descubrimiento (parece que el libro ha estado conmigo desde siempre…), no solo he sido capaz de detener el avance de la enfermedad, sino que se puede apreciar un cierto retroceso. Los médicos dicen que la enfermedad evoluciona como en ciclos de pequeñas subidas y bajadas en una curva ascendente. Eso fue así el primer año. Desde que comencé a tomar las riendas de mi sanación la única curva que hay es descendiente, y hace ya un año… Mis fuerzas se han visto multiplicadas (ninguno de nuestros amigos es capaz de seguirnos el ritmo que llevamos. No paramos de hacer actividades en familia) y mis ganas de vivir y disfrutar son indescriptibles.

Desde el punto de vista más "medible" y objetivo,  siendo muy prudente, lo que he podido ver es que, en los primeros quince meses después del diagnóstico, la enfermedad avanzaba hasta rozar la velocidad de duplicación anual, que se emplea como medida para  valorar la aplicación de tratamientos de primera línea. Sin embargo, los siguientes doce meses no sólo he sido capaz de parar el avance, sino que los niveles de linfocitos en sangre periférica se han visto ligeramente reducidos en 4000.

Estos son los datos objetivos

Julio de 2012
14128 Linfocitos
Julio de 2013
21730 Linfocitos
Octubre de 2013
28048 Linfocitos (Aquí comencé mi dieta)
Agosto de 2014
25440 Linfocitos
Noviembre de 2014
24045 Linfocitos


No sé si radicalizando un poco la  dieta  y creciendo aún más como persona conseguiré aún mejores resultados, pero lo ya conseguido me parece todo un éxito.

*De momento no ha realizado ningún tratamiento médico convencional (porque sus médicos aún no se lo han propuesto. Las LLC en los primeros años no suelen requerir tratamiento, su evolución suele ser progresiva y más o menos rápida según el caso. Pero lo fabuloso de este caso es que está mejorando y parece que la enfermedad va en retroceso, cuanto lo habitual es que progrese y requiera tratamiento médico.

Muchas gracias y un fuerte abrazo de amigo