sábado, 11 de noviembre de 2017

Alimentos, suplementos y rutinas que nos ayudan a dormir mejor. Sueño, melatonina y cáncer

¿Sabías que los hipnóticos (fármacos usados para inducir el sueño) son uno de los fármacos más usados en nuestro país? Cerca del 12% de la población toma algún hipnótico o sedante. A partir de los 50 años la mitad de la población tiene problemas para dormir.

Lormetazepam y Zolpiden son los dos fármacos más usados para tratar el insomnio, y en España su uso es mayor que la mayoría de países europeos. Un estudio publicado en BMC Psychiatry nos situaba como uno de los países con mayor uso indebido (al margen del médico) de hipnóticos, antidepresivos y ansioliticos. El problema que tienen estos fármacos es que a largo plazo ponen en riesgo nuestra salud. Su uso continuo produce dependencia y es muy difícil "desengancharse" de ellos. Para algunas personas estos fármacos son como una droga sin la cual no pueden vivir y les es imposible conciliar el sueño. En ocasiones, producen tolerancia, lo que implica que pasado un tiempo dejan de hacer efecto y hay que aumentar la dosis o cambiar de fármaco para poder dormir. Pero no solo está el problema de la dependencia y tolerancia, sino que las personas que consumen estos fármacos y tienen más riesgo de muerte prematura y cáncer según sostiene un estudio. 

Enfermos de cáncer e insomnio

Entre un tercio y la mitad de los enfermos con cáncer suelen presentar problemas de insomnio y ansiedad, lo que les lleva a consumir con frecuencia este tipo de fármacos. 
La enfermedad en sí, el dolor, la hospitalización, los fármacos y otros tratamientos contra el cáncer así como la repercusión psicológica de la enfermedad pueden alterar los patrones de sueño de las personas con cáncer. La falta de sueño afecta de manera negativa el humor y suele asociarse a depresión y otras alteraciones del ánimo.
¿Creéis que se presta atención en oncología al problema del sueño? Cuando un enfermo tiene problemas para dormir se le prescribe un hipnótico y listo, pero esto puede ser contraproducente como hemos visto. Veremos que hay remedios naturales que nos pueden ayudar a dormir.
En el caso de los enfermos con cáncer se podría beneficiar de la psicoterapia, practica de yoga, meditación y mindfulness

Sueño y riesgo de enfermedad

Dormir de forma adecuada es muy importante. La falta de sueño o un sueño de mala calidad tiene consecuencias en la salud: disminución de la calidad de vida, problemas de memoria y alteraciones del humor y mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, cáncer y obesidad.

No dormir envejece prematuramente al interferir con la producción de la hormona del crecimiento, que por lo general es liberada por la glándula pituitaria durante el sueño profundo.


Sueño y cáncer

Los tumores crecen dos a tres veces más rápido en animales de laboratorio con disfunciones graves del sueño, debido principalmente a una alteración en la producción de una sustancia llamada melatonina.

La melatonina inhibe la proliferación de las células cancerígenas y desencadena la apoptosis de las células cancerígenas (suicido). Asimismo, inhibe el suministro de sangre para los tumores necesario para su rápido crecimiento (angiogénesis).

Cuando el ritmo cardiaco de sueño-vigilia es interrumpido, nuestro cuerpo produce menos melatonina, una hormona que tiene capacidad para combatir el cáncer, debido a que ayuda a suprimir los radicales libres que pueden provocar cáncer al tener accion antioxidante. Esta es la razón por la que los tumores crecen más rápido cuando no dormimos bien. 

La falta de sueño también está relacionada con un mayor riesgo de resistencia a la insulina y aumento de peso y diabetes, tres factores que también desempeñan un papel importante en el desarrollo del cáncer.

Un estudio publicado en la revista Cancer, Epidemiology, Biomarkers& Prevention descubrió que los hombres que tenían problemas para dormir eran dos veces más propensos a desarrollar cáncer de próstata, en comparación con aquellos que dormían adecuadamente

La falta de sueño podría ser un factor de riesgo tanto en la recurrencia o recidiva del cáncer de mama como en el diagnostico de un cáncer de mama agresivo.

Los trabajadores a turno de noche tienen más cáncer

Trabajar a turno de noche también sabemos que es un factor de riesgo para padecer cáncer, como ya veíamos en un post anterior. Hay estudios que afirman que trabajar a turno de noche de manera prolongada puede aumentar el riesgo de cáncer de mama en un 40%. Cuando de noche en vez de dormir trabajamos no producimos suficiente melanina y esta  ayuda a suprimir los radicales libres dañinos y ralentiza la producción de estrógeno, que puede contribuir al cáncer de mama.

¿Cuánto hemos de dormir? ¿A qué hora hemos de ir a la cama?

Lo ideal: De seis a ocho horas por noche parece ser la cantidad óptima de sueño para la mayoría de los adultos. Dormir mucho o dormir muy poco puede tener efectos adversos en su salud como ya hemos visto.

Para respetar nuestro ritmo circadiano de producción de serotonina y melatonina y optimizar el funcionamiento de nuestro cuerpo, deberíamos dormir entre las 23 horas y las 7. El cerebro generalmente empieza a secretar melatonina alrededor de las 9 o 10 de la noche, lo cual provoca sueño, y sigue produciéndola hasta aproximadamente las 9 de la mañana. Si durante estas horas no dormimos, puede haber un déficit de melatonina; esto se ha relacionado con inflamación crónica, más riesgo de cáncer e inmunodepresión.



Rutinas para dormir mejor


En mi libro MI REVOLUCION ANTICANCER os doy varios consejos para dormir bien




ALIMENTOS PARA DORMIR MEJOR

También hay alimentos que nos ayudan a dormir más y mejor y debemos incorporarlos en nuestra alimentación diaria 

La melatonina se sintetiza a partir del triptófano. En primer lugar, el triptófano se transforma en serotonina y después en melatonina. La concentración de serotonina en el cerebro es proporcional a la concentración de triptófano en el plasma y el cerebro. A su vez, la serotonina se convierte en la molécula N-acetilseroto- nina, precursora de la melatonina. Es importante que la dieta sea rica en triptófano, para que el organismo, de manera natural, pueda sintetizar las cantidades idóneas de serotonina y de melatonina. 

La ingesta alimentaria adecuada de triptófano se relaciona con niveles inferiores de depresión e insomnio.

Alimentos ricos en triptófano

Para que el triptófano llegue al cerebro y pueda sintetizarse la serotonina es necesario que este se consuma junto a hidratos de carbono, magnesio, potasio y ácido fólico, entre otros. Este requisito lo cumplen algunos alimentos ricos en triptófano, como las semillas de girasol y calabaza, los frutos secos, sobre todo las nueces, el plátano, las legumbres, el pescado azul y la leche materna. En la carne también encontramos triptófano, pero su disponibilidad es menor, al no ser rica en carbohidratos, magnesio, potasio o ácido fólico. 





Alimentos ricos en melatonina 

Hay algunos alimentos que son ricos en melatonina y nos pueden ayudar, por tanto, a regular el sueño y armonizar el funcionamiento de nuestras células: nueces, pistachos, cerezas, fresas, arándanos, plátano, piña, naranja, avena, cereales integrales, legumbres, especialmente si están germinadas (las legumbres más fáciles de germinar son la judía mungo o soja verde, la alfalfa y las lentejas), arroz y tomates son buenas fuentes de melatonina.



Y si estos consejos y cambios de alimentación no son suficientes.... ¿hay algún suplemento natural para dormir mejor? La respuesta es SI. Antes de tomar un hipnñotico probaría con un suplemento natural de melatonina.

MELATONINA como suplemento

Varios ensayos clínicos muestra que la melatonina puede reducir el tiempo que uno tarda en conciliar el sueño, aumentar el tiempo de sueño total y mejorar la calidad del sueño. Un estudio descubrió que una dosis relativamente baja de melatonina (0.3 miligramos) fue suficiente para mejorar el sueño nocturno en los adultos mayores, sin producir somnolencia al día siguiente como pasan con algunos fármacos

Los suplementos de melatonina generalmente tienen menos efectos secundarios que muchos fármacos de venta bajo prescripción médica; pues no causan dependencia, por ejemplo.
La melatonina también puede ayudar a contrarrestar la toxicidad de la quimioterapia. Después de un año, las personas con suplemento de melatonina ha demostrado una mayor tasa de supervivencia, y fueron protegidos de manera significativa frente a muchos de los efectos secundarios asociados con la quimioterapia, incluyendo disminución de plaquetas, neurotoxicidad, daño al corazón, úlceras en la boca y la fatiga.

Se están realizando estudios sobre el efecto de pautar suplementos de melatonina a enfermos con cáncer, veamos el caso del cáncer de pulmón. 
En un ensayo clínico demostraron que el efecto  positivo de suplementar con melatonina a los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (o de células no pequeñas) metastásico. En este estudio la tasa de supervivencia a cinco años fue más alta en los pacientes tratados concomitantemente con melatonina, además de mostrar mayor regresión tumoral en estos enfermos ,en comparación con los pacientes tratados únicamente con quimioterapia.  Ninguno de los pacientes tratados con quimioterapia sobrevivió después de dos años, sin embargo se logró la supervivencia de cinco años en 3 de 49 pacientes tratados con quimioterapia y melatonina. Los investigadores afirman en el estudio que esperan que estos resultados puedan llegar a convencer a los médicos convencionales para administrar melatonina en combinación con regímenes de tratamiento estándar para el cáncer
Dosis de 3-5 mg de melatonina suele ser suficiente. No debe tomarse más de 2 meses seguidos. Debe tomarse 30 minutos antes de irnos a la cama y no debe tomarse junto a otro alimento. 

También se recomienda la melatonina para prevenir el jet lag (nosotros la tomamos durante nuestro viaje a Tailandia y nos fue genial) y en las personas que trabajan a turno de noche.

Tenéis más consejos para dormir bien en MI REVOLUCION ANTICANCER


FUENTES

Kripke DF, Langer RD, Kline LE. Hypnotics' association with mortality or cancer: a matched cohort study BMJ Open 2012;2:e000850. 

Berger AM: Update on the state of the science: sleep-wake disturbances in adult patients with cancer. Oncol Nurs Forum 36 (4): E165-77, 2009. 

Palesh OG, Roscoe JA, Mustian KM, et al.: Prevalence, demographics, and psychological associations of sleep disruption in patients with cancer: University of Rochester Cancer Center-Community Clinical Oncology Program. J Clin Oncol 28 (2): 292-8, 2010.

Sigurdardottir LG, Valdimarsdottir UA, Mucci LA, et al. Sleep Disruption Among Older Men and Risk of Prostate Cancer. Cancer epidemiology, biomarkers & prevention : a publication of the American Association for Cancer Research, cosponsored by the American Society of Preventive Oncology. 2013;22(5):872-879.


Hansen J, Lassen CF. Nested case-control study of night shift work and breast cancer risk among women in the Danish military.Occup Environ Med. 2012 Aug;69(8):551-6. doi: 10.1136/oemed-2011-100240.

Lieberman HR, Agarwal S, Fulgoni VL. 3rd. Tryptophan Intake in the US Adult population is not related to liver or kidney function but is associated with depression and sleep outcomes. J Nutr. Diciembre de 2016; 146(12): 2609S-15S.

Bravo R, Matito S, Cubero J, Paredes SD, Franco L, Rivero M, et al. Tryptophan-enriched cereal intake improves nocturnal sleep, melatonin, serotonin, and total antioxidant capacity levels and mood in elderly humans. Age (Dordr). Agosto de 2013; 35(4): 1277-85.

Meng X, Li Y, Li S, Zhou Y, Gan RY, Xu DP, Li HB. Dietary sources and bioactivities of melatonin. Nutrients. 7 de abril de 2017; 9(4). pii: E367.

Aguilera Y, Rebollo-Hernanz M, Herrera T, Cayuelas LT, Rodríguez-Rodríguez P, de Pablo ÁL, et al. Intake of bean sprouts influences melatonin and antioxidant capacity biomarker levels in rats. Food Funct. Marzo de 2016; 7(3): 1438-45.

Johns NP, Johns J, Porasuphatana S, Plaimee P, Sae-Teaw M. Dietary intake of melatonin from tropical fruit altered urinary excretion of 6-sulfatoxymelatonin in healthy volunteers. J Agric Food Chem. 30 de enero de 2013; 61(4): 913-9.