jueves, 5 de marzo de 2015

Yoga para vivir en coherencia

Yoga y bienestar: aliados con evidencia científica ( parte I )

Os dejo con un nuevo post de la Dra Barbara Malagón. Artículo original publicado en Conasi

Cada vez existen menos dudas de la potencia de las terapias cuerpo-mente para contribuir a nuestro bienestar y ayudar en el proceso de sanación de las enfermedades, sean estas leves o complejas como lo es el cáncer. Las situaciones vitales (como la enfermedad)  con gran impacto negativo sobre nuestra salud (cuerpo, mente y espíritu),  nos llevan a mantener un estado de estrés crónico que hace más vulnerable nuestro sistema inmune, debilita la capacidad de regenerar tejidos, y favorece el desarrollo de otras enfermedades.
Una de estas herramientas cuerpo-mente  está cobrando más relevancia científica  por los aportes que hace a nuestro  bienestar y por como reconstituye y regenera  nuestra salud completa: hablamos del Yoga.

¿Qué es el Yoga?




Como sabéis, el yoga es una práctica física, mental y espiritual que se originó en la India y que data de mucha antigüedad (se habla de más de  3000 años A.C.). La palabra viene del sánscrito y significa unión; unión  entre el hombre y Dios pero también  entre lo humano y lo divino que hay dentro de cada ser.  El  yoga se  expandió a occidente  de forma más importante sobre la década de los 60 del siglo XX y desde entonces se ha hecho muy popular por diferentes motivos en relación con el bienestar físico, pero  cada vez más como manera de mantener a raya el estrés…
Todos asociamos rápidamente el yoga con realizar una serie de posturas con el cuerpo - se llaman ASANAS -  que se acompañan de una forma de respirar determinada - son los PRANAYAMAS- .  Con ellas se supone que se obtiene bienestar físico en muchos  aspectos (aumenta la flexibilidad, nos hace más resistentes y el tipo de respiración tiene un efecto relajante…). Pero la verdad es que hay muchos tipos de yoga y no todos llevan asociados la práctica de los asanas.  Lo que si tiene en común es una parte filosófica, transcendental y espiritual (meditación o DHYANA) y que queda en manos de la voluntad del practicante sumergirse  o no en ella. 
Las personas que hacen del yoga una práctica regular (ni que decir tiene las que hacen del yoga su estilo de vida) refieren  la mejora en muchos ámbitos de su  salud y su vida. Esto está suscitando el interés de la ciencia médica hasta  tal punto  que está promoviendo y realizando estudios con evidencia científica que demuestran  los cambios que se producen en nuestra salud asociados al yoga.  
Entonces…¿tiene el yoga alguna evidencia científica de que funciona?

¿Es el yoga una herramienta útil en la mejora de las enfermedades?

“El yoga proporciona efectos comparables a los del ejercicio aeróbico”  es el título de uno de los últimos artículos publicados (diciembre de 2014) en la revista “European Journal of Preventive Cardiology”( 1). Investigadores del Centro Médico de la Universidad Erasmus, en Rotterdam (Países Bajos) y la Escuela de Salud Pública de Boston, Harvard (Estados Unidos) tras  una  revisión sistemática de 37 ensayos controlados aleatorios con 2.768  participantes,  concluyen:
la práctica del yoga  mejora los factores de riesgo asociados con la enfermedad cardiovascular.
el yoga constituye un "tratamiento potencialmente efectivo" para la salud cardiovascular.  
el yoga puede proporcionar los mismos beneficios en la reducción de factores de riesgo que               actividades físicas tradicionales como andar en bicicleta o caminar a paso ligero. 




Los ensayos comparaban personas que hacían yoga tanto con personas que hacían otro tipo de ejercicio físico como con  personas sin actividad física.

  • Encontraron que  hacer yoga redujo el IMC (índice de masa corporal), la presión sistólica y  la LDL (lipoproteína de baja densidad conocida como “colesterol malo”) y aumentó la HDL (lipoproteína  de alta densidad conocida popularmente como “colesterol bueno”).  También redujo el colesterol total, el peso corporal hasta en 2 kg, la presión diastólica en 4,9 mmHg,  la frecuencia cardíaca en 27 latidos /min. Algunos de estos parámetros mejoraron significativamente cuando además se asoció el yoga a la medicación. No parece que encontraron mejoras en los parámetros de la diabetes (glucemia en ayunas y la hemoglobina glicosilada).
Los investigadores señalan que debido al impacto del yoga en la reducción del estrés, "que lleva a un efecto positivo en el estado neuroendocrino, metabólico y la función cardio-vagal", éste proporciona efectos comparables a los del ejercicio aeróbico por lo que el yoga puede ser muy útil para reducir el riesgo cardiovascular en pacientes con menor tolerancia física, con problemas cardíacos previos, los ancianos o aquellos con dolor musculoesquelético o en las articulaciones.

¿Cómo nos ayuda el Yoga? 
La práctica del Yoga produce  sensación de bienestar, de relajación, una mejor concentración, confianza en uno mismo, mejora la eficiencia, mejora las relaciones interpersonales, aumenta la atención, disminuye la irritabilidad, y representa una  perspectiva optimista en la modulación de la respuesta inmune en el estrés por  vida. 
Debido a que fomenta la auto-conciencia, el yoga es un enfoque prometedor para tratar con la respuesta al estrés. Incluso el mundo occidental ha aceptado ahora Yoga como terapia complementaria para ayudar a los sobrevivientes de cáncer en el manejo de los síntomas como la depresión, la ansiedad, el insomnio, el dolor y la fatiga.  
El estudio que se realizó aplicando el Programa YOCAS (Yoga para Supervivientes de Cáncer) es una muestra de ello. Karen Mustian, radiooncóloga del Wilmot Cancer Center de la  Universidad de  Rochester (Estados Unidos), lo presentó en el  Congreso Americano de Oncología (ASCO) del año 2010. En dicho ensayo se evaluaba la eficacia en la calidad del sueño, la fatiga y la calidad de vida en pacientes supervivientes de cáncer que practicaban Yoga respecto un grupo control. Se incluyeron 410 pacientes; un grupo de ellos  realizó dos sesiones semanales de 75 minutos, realizando 16 posturas o Asanas combinados con ejercicios de respiración y meditación. Los resultados fueron positivos para los que practicaron  yoga comparando con los que no lo hicieron; los “yoguis” presentaron una mejoría en la calidad del sueño, en la fatiga, y en la reducción de medicación inductora del sueño. (2). 

Seguro que muchos de vosotros ya practicáis yoga o cualquier otra terapia cuerpo –mente.  Espero que lo leído hasta ahora os ayude a despejar dudas sobre la  eficacia terapéutica del yoga. Si queréis saber lo potente que está siendo  esta herramienta y la importancia que está cobrando en los sistemas de salud,  os invito a encontrarnos en el siguiente post.

“El yoga nos enseña a curar lo que no podemos aguantar y a aguantar lo que no podemos curar”.
B.K.S. Iyengar

Escrito por Dra Bárbara Malagón, colaboradora de Conasi, cocina natural

Biblio:
(1) Eur J Prev Cardiol. 2014 Dec 15. pii: 2047487314562741. [Epub ahead of print] The effectiveness of yoga in modifying risk factors for cardiovascular disease and metabolic syndrome: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Chu P1, Gotink RA2, Yeh GY3, Goldie SJ4, Hunink MM5.
(2) JCO Sep 10, 2013:3233-3241; published online on August 12, 2013; 10.1200/JCO.2012.43.7707. Multicenter, Randomized Controlled Trial of Yoga for Sleep Quality Among Cancer Survivors. Karen M. Mustian, Lisa K. Sprod, Michelle Janelsins, Luke J. Peppone, Oxana G. Palesh, Kavita Chandwani, Pavan S. Reddy, Marianne K. Melnik, Charles Heckler, and Gary R. Morrow