miércoles, 25 de julio de 2018

Cenar temprano reduce el riesgo de padecer cáncer

Un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado en el International Journal of Cancer llega a la conclusión de que cenar temprano es un plus para nuestra salud, especialmente si cenas antes de las 21h . Si sigues esta recomendación, reducirás un 20% el riesgo de sufrir cáncer de mama o de próstata. Si no puedes cenar antes de las 21h, al menos cena dos horas antes de irte a la cama, para tener este beneficio
Respetar el ritmo biológico circadiano de producción de serotonina y melatonina es fundamental para nuestra salud, por eso se aconseja irse a dormir antes de las 23h. Se ha comprobado que las personas con turno de noche tienen más riesgo de desarrollar cáncer, depresión y otras enfermedades crónicas.
El estudio consistió en el análisis de los hábitos de alimentación, sueño y cronotipo –si se es más o menos diurno o nocturno– de personas con cáncer de mama y de próstata de diferentes puntos de España. Se evaluaron datos de 621 casos de cáncer de próstata y 1.205 de mama y de 872 hombres y 1.321 mujeres seleccionados al azar en centros de salud de atención primaria de toda España. A todos ellos se les realizó la misma entrevista con preguntas centradas en los horarios de comida, sueño y cronotipo y un cuestionario sobre hábitos de alimentación y cumplimiento de las recomendaciones de prevención del cáncer

Y los resultados llegaron a la conclusión de que seguir patrones diurnos de alimentación se asocia con menos riesgo de cáncer. Todo indica que la razón es que la hora de ir a dormir afecta a nuestra capacidad de metabolizar adecuadamente la comida.
  • Podemos reducir en un 20% nuestro riesgo de padecer cáncer si cenamos antes de las 21 o al menos 2 h antes de irnos a dormir, pero esta protección aumenta si comemos de manera saludable, con alta ingesta de frutas y hortalizas, y descansamos adecuadamente (7-8h) 
En el estudio los que cenaban a las 22h ya no obtenían esta protección, al igual que si se iban a la cama justo después de cenar. 

El estudio también señala que, en la historia evolutiva de la humanidad, la norma ha sido que las ingestas se produjeran intermitentemente durante el día y que por la noche se experimentara un largo ayuno. Investigaciones anteriores ya han comprobado cómo el ayuno nocturno prolongado previene la inflamación, la subida de los niveles de glucosa o, incluso, el desarrollo de tumores. Cenar temprano y desayunar tarde parece tener beneficios para nuestra salud.
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Dra. Odile Fernández. Médico de Familia, Superviviente de Cáncer. Autora del blog "Mis Recetas Anticáncer"